miércoles, junio 03, 2015

Carta XXIV (Capricho)

Ya está. Te lo advertí: te dije que si no aparecías continuaría escribiéndote; creí que lo habías entendido. Así que aquí me tienes, que aunque peque de pesada, no me importa porque, a ver si te enteras, pueden pasar 1000 años, que nunca me cansaré de escribirte, porque... a día de hoy, ESCRIBIRTE ES LA ÚNICA FORMA QUE CONOZCO DE AMARTE. Así que aunque, mis muñecas artrósicas trataran de enmundecerme las manos, aunque los dedos permanecieran rígidos como palos o aunque me faltaran los brazos, no te preocupes que continuaría fiel a mi cita, a no ser que pongas remedio con un beso.

Aquí me tienes, vestida con pijama de invierno en pleno junio, mientras la penumbra se me pega al cuerpo, invitándome a dormir en una nana de sueños, sueños que espero que me lleven hasta ti, aunque qué mejor sería un camino que un sueño, para poder sentir en la distancia, en el contacto, el pantanoso tacto de tu piel.

Querido, hoy me levanté con un propósito claramente caprichoso: quería escuchar el oro entre mis manos, pero me di cuenta de una cosa: no podía hacerlo sin ti. Querido ¿cómo crees que puedo coleccionar así los latidos de tu pecho? Quiero apoyar en él la cabeza y sentir el "¡Pum, pum! ¡Pum, pum!" cada vez que me sientas encima, debajo o bien cerca. Y ¿qué tal si le añadimos tu respiración plácida? El collar quedaría genial. Querido, pero... ¿acaso pretendes que me invente esta sinfonía dentro de la cabeza? ¿Cómo puedes pretender que cree eso de la nada? Vale, vale, continuaré creando luces y luciérnagas, lunas y estrellas fugaces dentro de mi habitación, si es que tú te empeñas, pero podría hacerlo mucho mejor, mucho mejor, si tú quisieras.  Todo sea con tal de seguir ejerciendo este noble oficio que es seguir amándote y ofreciéndote el corazón.

                                          La Justiciera del Amor/Felicity Nmc/ Esther

P.D: cuéntame cómo te ha ido, escríbeme, háblame, desde el borboteo suave de un sueño, desde la tierra mismo o desde un helicóptero, es igual. Cuéntame, si es que eres capaz.

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